Las preguntas de la vida siempre son las mismas, ¿por qué existimos?, ¿para qué vivimos?, y ¿qué hay después de la Muerte ? Nadie tiene las respuestas…Uno nace, vive y disfruta, pero muere, alguna vez tenía que ocurrir, aunque no lo queramos, aunque cueste desprenderse de la vida, debemos hacerlo…
-Yo soy Eric Thompsom, un ejecutivo de alto prestigio que trabajaba en una de las oficinas Work-try S.A., exactamente en el edificio tres, donde se gestionan los datos y los pagos de los empleados que son cerca de cuatro mil.
Pero hubo una época en la que los trabajadores de Work-try bajaron de categoría, éramos una empresa muy valorada por los vecinos de Fargo, Dakota del Norte, donde yo vivía.
Mi jefe, el Sr. Willson M., era un sesentón de carácter amable, pero de aspecto rudo. Siempre había sido amable con los empleados.
El dieciséis de enero del año dos mil cuatro, salí de la oficina despidiéndome de mis compañeros hasta el lunes. Llegué a mi apartamento, preparé la cena y me acomodé en el sofá dispuesto a pasar allí la noche hasta que tuviese sueño. Dieron las noticias, un programa del corazón y después una película que no llegué a ver, ya que me dormí.
-Noté el sol en mi cara y abrí los ojos, dormido en el sofá, los platos sucios encima de la mesa y la televisión en funcionamiento.
De pronto sonó el teléfono, era Erika una compañera de negocios, que me había invitado el sábado a comer a un restaurante llamado “Ron’s House”, donde sirven tapas y un plato completo. Erika quería ir a las dos del mediodía conmigo y algunos compañeros de trabajo.
Salí de casa a la una y media, con el coche fui hacia el restaurante, aparqué en la acera de enfrente, ya que no había sitio. El semáforo se puso en verde y cuando me dispuse a cruzar, un camión se llevó mi cuerpo por delante.
Escuchaba gritar mi nombre, pero no podía abrir los ojos. Cuando al final conseguí abrirlos, me explicaron lo que había ocurrido y que había estado dos semanas en coma. Erika estaba sentada junto a mí, con gesto apenado, pero contenta en el fondo por mi recuperación.
Me dolía muchísimo la cabeza y no sentía las piernas. Pasé dos meses, estable en el hospital, pero una noche empecé a ponerme muy grave y me tuvieron que operar de urgencia. La operación era de cuello, en el accidente casi me desnuqué.
A las pocas horas de operarme sentí un fuerte golpe en la nuca, se repitió y llamé a Erika desesperadamente. Le comuniqué mi dolor y salió corriendo de la habitación.
Cuando estuve solo, cerré los ojos y me puse a pensar…
Las preguntas de la vida siempre son las mismas, ¿por qué existimos?, ¿para qué vivimos?... En esos momentos no podía plantearme otra cosa, ¿qué había detrás de la Muerte ?, ¿es cierto que no se le puede escapar?...Segundos después lo averigüé.